martes, 29 de abril de 2008

Don Elias Burguera Garcia


Don Elias Burguera Garcìa naciò en Tàriba el 8 de Agosto de 1842, Hijo de Jaime Burguera Ramirez e Isabel Garcia Ramirez.

"Como es que algunos hombres viven en la abundancia, y se enriquecen, mientras que otros apenas ganan lo necesario para vivir y se adeudan?" pregunta Jenofonte en la Economìa. "La razòn, contesta, es que los primeros se ocupan de sus negocios, en tanto que los ùltimos los descuidan"
En la imagen se observa un dia tìpico de mercado en Tovar.

El señor Burguera, con un talento claro, con una honradez aquilatada, con una laboriosidad suma, jamàs fracasò en sus empresas, pues asi como los grandes capitanes encadenan a la victoria, el hizo a la posteridad su inseparable compañera.
Su fortuna fuè aumentando dìa por dìa; y su tacto para la vida, y su habilidad para los negocios crecian tambièn en la misma proporciòn. A una actividad incesante, unìa un gran hàbito de orden lo cual le permitia aun recibir clases de numeros, idioma castellano y otras materias. Llegòa adquirir tal conocimiento de los negocios, que sus càlculos eran indefectibles, jamàs lo sorprendiò lo inesperado, ni tuvo que lamentar la inepcia de un error. En la imagen puede observarse la Hacienda "El Cacique", de los señores Burguera & Co., que constituye un magnifico paseo, a 7 kilòmetros de la ciudad, por la carretera trasandina.

Su generosidad es proverbial. Hubiera muerto millonario, a no haber sido por su esplendidez en favorecer a todos cuantos a èl ocurrian.
Su honorabilidad llegò a constituirlo en un poder social, no solo para su pueblo, sino para la cordillera toda.
Fuè candidato popular para la presidencia del Estado Mèrida en 1880; pero ajeno a las luchas de la polìtica activa, renunciò a tan honrosa designaciòn. Tovar le debe gran parte de su culturay de su desarrollo comercial. Trajo profesores de Colombia para impulsar la educaciòn de la niñez; hizo constante guerraa la vagancia y al juego, y cooperò eficazmente a la apertura de las vias de comunicaciòn entre aquella ciudad y el Lago de Maracaibo. Hizo grandes esfuerzos para mejorar las condiciones de la harina de los Andes, y dar a aquella industria, toda la perfecciòn que ha adquirido en otras partes del mundo. El trigo de la cordillera, especialmente el de Mucuchies y Bailadores, es comparable a los trigos de Sandomir y Odesa en Rusia; pero, desconocidos como son alli los sistemas de molienda modernos, nuestra harina, si bien abundante en productos nutritivos, es inferior en belleza y crecimiento a la rusa o norteamericana.

Con el fin de mejorarla el señor Burguera hizo notables estudios asì de cultivo de los trigos como de la benefacciòn de la harina; introdujo un molino moderno, cuya màquina e instalaciòn costaron màs de veinte mil dolares, queriendo de este modo empezar a sustituir nuestros antiguos mètodos de molienda y nuestros viejos aparatos de muelas de asperòn y de piedras. La harina que alli se elabora es casi igual a la mejor de los Estados Unidos. Ojalà otros hacendados de la Cordillera hicieran lo mismo en sus respectivas localidades, y ya podriamos abastecer a Venezuela de excelente harina, y evitariamos asì la verguenza de que a la tierra del pan, deba venirle èste de paìs extranjero.

El Señor Burguera fundò en Tovar un hogar por mil tìtulos honorable y respetado; viajò dos veces por Europa, y con sus viajes, sus lecturas y su profunda observaciòn, llegò a adquirir una ilustraciòn no comùn. Su memoria era prodigiosa, y la habìa cultivado de tal modo que era un cofre que contenìa las mejores joyas de la literatura española, asì antigua como moderna.

Muriò el 27 de Junio de 1900, dejò viuda a Maria Josefa Dàvila Garcìa, con quien habìa contraido nupcias en Lagunillas (Mèrida falleciendo èsta el 22 de mayo de 1930. De ese hogar nacieron Cesar Custodio, Alipio, Elio Jaime, Ofelia y Josefa); dejando un capital fuerte y una casa de comercio admirablemente bien organizada. La noticia de su fallecimiento conmoviò hondamente todo el occidente de la Repùblica. Tovar vistiò de luto, y aquel cadàver fuè conducido a la ùltima morada, con las mayores demostraciones del sentimiento pùblico.
Sobre su tumba pudo escribirse: "Fuè un gran patriota, un distinguido hombre de negocios, un amoroso padre de familia, un benefactor social".

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